Psicoterapia y psicoanálisis por videoconferencia o por teléfono

Psicoterapia y psicoanálisis por videoconferencia o por teléfono

El psicoanálisis y la psicoterapia suceden dentro de una relación que se crea entre dos personas en un espacio ––que puede ser físico o virtual–– privado, estable, suficientemente silencioso y cómodo, a unas horas determinadas. No es una técnica que puede aplicarse independientemente de las personas que la utilizan y en cualquier lugar a cualquier hora. 

La presencia física

La presencia física puede ser un factor importante en el establecimiento de esa relación, ya que transmite información sobre la otra persona, entre otras simplemente el hecho de que está físicamente allí, lo cual es indispensable para algunos individuos. 

Lo que hemos aprendido con el COVID-19

No obstante, las condiciones excepcionales de la pandemia del COVID-19, que han llevado a todos los profesionales de la salud mental a trabajar a distancia, nos han descubierto que, en muchos casos, se puede hacer un buen trabajo psicoterapéutico y psicoanalítico a distancia. Asimismo, algunos psicoanalistas han hecho la sorprendente comprobación que, en algunas ocasiones, se escucha mejor los matices del discurso del paciente cuando sólo existe el canal auditivo de comunicación, sin distracciones visuales.

Crear un encuadre adecuado

Ahora bien, es necesario ser consciente de que existen diferencias entre el trabajo presencial y el trabajo a distancia. Cuando se emprende una psicoterapia psicoanalítica o un psicoanálisis por videoconferencia o por teléfono, será esencial establecer las condiciones seguras, estables y fiables del encuadre que permitan que se desarrolle el trabajo psicoanalítico. Lo importante es poder crear un marco que facilite la escucha del inconsciente, permitiendo su afloramiento, su contención y su comprensión.  

Evaluando la indicación

Antes de empezar un trabajo psicoanalítico o psicoterapéutico a distancia, es necesario distinguir los casos en los que la demanda de un tratamiento a distancia está motivada por una imposibilidad de acudir presencialmente a la consulta ––sea por condiciones pandémicas o por lejanía geográfica––, de aquellas demandas motivadas por una necesidad de mantener distancia con los otros, o una dificultad para sostener compromisos. 

Todo esto será cuidadosamente evaluado durante las entrevistas de evaluación para establecer el tratamiento más provechoso para el paciente.