Mecanismos de Defensa

Mecanismos de defensa

Los mecanismos de defensa son aquellos mecanismos, principalmente inconscientes, que los individuos emplean para defenderse de emociones o pensamientos que producirían ansiedad, sentimientos depresivos o una herida en la auto-estima si llegasen a la consciencia.

Tipos de Mecanismos de Defensa

Se les suele clasificar como primarios o secundarios en función del momento de su aparición en el desarrollo del ser humano. Cuanto más primaria es una defensa, más pertenece a las primeras épocas de la vida y más tiende a negar la realidad. Cuanto más secundaria es una defensa, más pertenece a épocas tardías del desarrollo y más suele preservar el criterio de realidad. 

Los mecanismos de defensa son una parte íntegra del funcionamiento psíquico de todo individuo y sólo se les considera patológicos cuando se abusa de ellos o cuando son demasiado rígidos. Existen mucha clasificaciones de los mecanismos de defensa, aquí nos basaremos en el libro de diagnóstico psicoanalítico de McWilliams (2011) 

Mecanismos de Defensa Primarios

Retraimiento

El retraimiento consiste en el replegamiento sobre uno mismo y un alejamiento de la realidad para refugiarse dentro del mundo de las fantasías o del sueño. Un ejemplo fácilmente observable es el de un bebé angustiado o sobreestimulado que se protege durmiéndose. Esta defensa le permite al individuo escaparse de la realidad dolorosa sin distorsionarla y, a diferencia de otros mecanismos de defensa primarios, no suele generar malentendidos en la interpretación de la realidad. Sin embargo, su uso excesivo limita considerablemente la posibilidad de hacerse cargo de la realidad.

Negación

La negación consiste en el rechazo de aceptar que algo ocurre y se basa en la convicción pre-lógica de “Si yo no lo reconozco, eso no sucede”. Su raíces están en los primeros estados ego-céntricos del desarrollo donde todo lo que es, y no es, está en función de uno mismo. Esta defensa puede ser adaptativa en situaciones de crisis o emergencia, donde el pleno reconocimiento de lo que sucede sería paralizante en ese momento.

Control Omnipotente

El control omnipotente consiste en la fantasía de que la fuente de todo lo que sucede es los deseos de uno mismo; se basa en el no reconocimiento de la existencia separada de los demás con una voluntad diferente de la propia. En sus manifestaciones más benignas puede aparecer como la convicción de si uno quiere algo, lo que sea, lo puede conseguir con tal de ponerse a ello; cosa evidentemente irreal, pero motivadora. Hacer uso de esta defensa demasiado frecuentemente impedirá que el individuo pueda establecer relaciones de causalidad realistas que le orientarían para alcanzar sus objetivos.

Idealización y Desvalorización

La idealización consiste en la necesidad de otorgar un valor o poder especial a una persona de la que se depende emocionalmente y así poder asociarse con alguien omnisciente y omnipotente que resolverá las dificultades de manera definitiva. La desvalorización es la cara opuesta de la misma moneda y expresa la frustración sentida cuando la realidad desmiente la idealización. Todo amor tiene una semilla de idealización.

Proyección, Introyección e Identificación Proyectiva

La proyección es el proceso por medio del cual lo que está dentro se malinterpreta como procedente de fuera y, en sus formas más acusadas, tiende a producir distorsiones serias en la percepción que el individuo tiene de los demás. En sus formas más maduras es la base de la empatía.

La introyección es el proceso por medio del cual lo que está fuera se malinterpreta como procedente de dentro. En sus formas más problemáticas puede resultar en la identificación con el agresor, mecanismo por el cual el individuo intentará sobreponerse a su dolor siendo como su agresor. En sus formas más benignas es la base de toda identificación con figuras importantes en la vida del individuo.

La identificación proyectiva consiste no sólo en la proyección de aspectos negativos de uno mismo (con la distorsión concomitante) sino también en la presión ejercida sobre el otro para que se comporte de manera congruente a aquello que se proyecta. Por ejemplo, se proyecta un aspecto crítico de uno mismo y luego uno se comporta de tal manera que se provocará la crítica en el otro.

Escisión

La escisión consiste en la tendencia de separar el mundo y las personas en buenos y malos; es una manera eficaz de resolver la complejidad de situaciones confusas y amenazantes pero siempre implica una distorsión de la realidad. Un individuo que escinde no se sorprenderá que considera malísima la persona que consideraba buenísima la semana pasada y tendrá dificultades de tener sentimientos ambivalentes hacia la misma persona.

Disociación

La disociación es una manera de desconectarse de la experiencia actual, a veces creando otra representación de uno mismo, para poder continuar existiendo en un momento excesivamente doloroso o estimulante. El uso frecuente de este mecanismo resultará en una visión discontinua de uno mismo, del tiempo y del mundo que estará llena de huecos llamativos. En sus casos más severos puede llevar la persona a sentir que tiene varios sí-mismos. En sus formas más benignas puede ser una manera pasajera de atenuar un exceso de estimulación.

Mecanismos de Defensa Secundarios

Represión

La esencia de la represión es olvidar o hacer caso omiso de algo voluntariamente después de haber tomado consciencia de ello; es una manera de alejar un contenido de la consciencia por su potencial perturbador. Este proceso puede aplicarse a una experiencia total, a los afectos conectados a la experiencia, o a las fantasías y deseos asociados a ella.

Regresión

La regresión es el proceso inconsciente por el cual el individuo volverá a formas de funcionamiento más antiguas, más infantiles, para evitar el conflicto o el esfuerzo creado por el crecimiento y el cambio. Es un mecanismo común en todo desarrollo social y emocional, que nunca progresa linealmente sino que fluctúa hacia delante y hacia detrás.

Aislamiento

El aislamiento consiste en la separación de los afectos de los pensamientos; se puede pensar y tomar conciencia de un hecho, pero su significado emocional está aislado y no perturba al individuo. Esta “anestesia psíquica” puede ser útil en profesiones donde es necesario mantener la cabeza fría tales como la cirugía o el ejército. Es diferente de la disociación en el sentido de que la experiencia no está obliterada de la conciencia, sólo su componente afectivo. Su uso excesivo conlleva la sobrevaloración del pensamiento y la infravaloración del sentimiento.

Intelectualización

La intelectualización es una forma de aislamiento que reconoce la existencia del afecto intelectualmente pero no lo siente; el afecto es teóricamente aceptable para el individuo pero su expresión sigue inhibida. Es un paso evolutivo considerable poder pensar racionalmente en una situación cargada de emoción, pero abusar de este mecanismo truncará las dimensiones de experiencia que tienen que ver con el juego, el sexo y el humor.

Racionalización

La racionalización consiste en encontrar razones que justifiquen un acto que sería vivido como conflictivo sin esas razones y entra en juego cuando no se consigue algo que se deseaba y se decide que en realidad no se deseaba tanto, o bien cuando algo malo sucede y se decide en retrospectiva que no era tan malo. Esta defensa permite aceptar las cosas con un mínimo de resentimiento, pero su uso excesivo puede llevar a que todo sea racionalizado.

Compartimentalización

La función de la compartimentalización es permitir que dos condiciones conflictivas existan sin confusión, vergüenza, culpabilidad o ansiedad conscientes. Cuando un individuo compartimentaliza sostiene dos o más ideas, actitudes o comportamientos que están esencialmente en conflicto sin reconocer la contradicción.

Anulación

La anulación consiste en el esfuerzo inconsciente de compensar alguna emoción dolorosa ––generalmente culpa o vergüenza–– con un comportamiento que lo borrará mágicamente.  Un individuo que siente (aunque no sea necesariamente el caso) que está haciendo daño a otra persona puede intentar compensarlo tratándole excesivamente bien de manera compulsiva, por ejemplo.

Volver contra sí mismo

Volver contra sí mismo implica redirigir hacia unos mismo aquellas emociones que estaban dirigidas hacia otra persona; si un individuo depende de alguien poco fiable o inestable puede ser más llevadero volver contra sí mismo la crítica y la rabia que produce esta situación y sentirse responsable de ella que reconocer la impotencia y la vulnerabilidad de necesitar a alguien con quien no se puede contar.

Desplazamiento

El desplazamiento se refiere a la redirección de una emoción o impulso desde su objeto natural a otro objeto porque expresarlo al objeto natural resultaría demasiado angustioso. El desplazamiento permite que se  descarguen cantidades de afecto en una dirección menos peligrosa que la original o bien que está permitida socialmente. 

Formación reactiva

La formación reactiva consiste en transformar una emoción o un impulso en lo contrario; el odio será transformado en amor, la envidia en gratitud etc. Aquellos individuos que temen mucho sus emociones agresivas y tienen dificultades para diferenciar entre pensar y hacer tenderán a usar formaciones reactivas para protegerse de lo que podría sentirse como peligrosamente incontrolable.

Inversión

La inversión consiste esencialmente en transformar lo pasivo en activo; en lugar de que el individuo se sienta pasivamente objeto de una situación dolorosa, la invierte y se convierte en el sujeto activo de ella. Un ejemplo común de esto es la transformación de la necesidad de depender del otro en que los demás dependan de uno. Una buena parte de los comportamientos altruistas parten de esta defensa.

Actuación

La actuación tiene una relación íntima con la inversión en el sentido de que se basa en la inversión de pasivo a activo para actuar algo en la realidad que es intolerable a nivel mental y emocional; actuando algo el individuo puede preservar su sentimiento de capacidad y a la vez evacua una emoción dolorosa.

Sexualización

La sexualización es una manera de transformar una experiencia de terror o dolor en excitación placentera; el miedo al abandono o el abuso, por ejemplo, pueden ser sexualizados para que sean sentidos como experiencias gratificantes. No es infrecuente que los individuos relativamente sanos sexualicen ciertas áreas complejas de la vida (dependencia, agresión) para que sean más llevaderos.

Sublimación

La sublimación consiste en encontrar una satisfacción derivada y adaptativa de aquellos impulsos que no pueden ser expresados directamente por las prohibiciones sociales: un cirujano podría estar sublimando su agresividad; un artista sublimaría su exhibicionismo, etc. La ventaja de la sublimación es que permite la descarga (desplazada y transformada) del impulso en lugar de luchar contra él.

Saber más sobre el psicoanálisis en general; otras preguntas frequentes; o contactar.