La ética del psicoanálisis
Hay tres éticas diferentes que le conciernen al psicoanálisis: la ética del psicoanálisis como disciplina científica, la ética del psicoanálisis clínico con el paciente, y la ética del psicoanálisis como profesión.
Ética del psicoanálisis como disciplina científica
El psicoanálisis está, ante todo, comprometido con la búsqueda de la verdad de lo que sucede en el inconsciente ––aunque esa verdad pueda parecer inaceptable para la razón y la consciencia–– y demuestra cómo esa verdad inconsciente tiene efectos importantes sobre los sentimientos, pensamientos y actos conscientes.
Un logro mayor de Freud fue atreverse a enfrentar, y describir, los contenidos del inconsciente y mostrarnos las consecuencias que eso tiene sobre nuestra idea de nosotros mismos como seres humanos individuales y como especie. El psicoanálisis considera que descubrir la verdad interna de los seres humanos, enfrentarse valientemente a lo que sucede por dentro, sea lo que sea, es el conocimiento más liberador que existe porque permite saber lo que hay realmente y, a partir de ese conocimiento de la vida interna, estar más conectado con la realidad y menos preso de ilusiones.
Dicho esto, es importante mencionar que esa verdad interna, que el psicoanálisis busca, no corresponde necesariamente con la verdad material histórica y no debe ser confundida con ella. La verdad de cada uno es su verdad y debe ser respetada como tal.
Ética del psicoanálisis clínico
El psicoanálisis clínico se rige por un respeto absoluto de la singularidad del individuo y rehúye cualquier forma de influencia o crítica de los valores, convicciones religiosas, ideas políticas, filosofía personal, preferencias sexuales, etc. del paciente. De la misma manera, los psicoanalistas no emiten ninguna opinión personal sobre estas cuestiones.
La escucha del psicoanalista está desprovista de todo juicio o censura de lo que pueda decir el paciente, primero porque no es el lugar del psicoanalista ser juez de lo que sea y, segundo, porque entorpecería la búsqueda de la verdad interna. Lo que interesa en un proceso psicoanalítico es conocer la verdad, sea la que sea, no juzgarla.
Asimismo, el psicoanálisis clínico tiene como meta fomentar al máximo la autonomía del paciente, su capacidad para tomar decisiones libremente y con criterio propio. Para proteger esa autonomía del paciente, los psicoanalistas evitan cuidadosamente dirigirle en cualquier dirección. A veces esto es difícil de soportar para algunos pacientes que buscan un guía que les dice qué hacer pero, si el psicoanalista les dice lo que tienen que hacer a los pacientes, les está tratando como niños incapaces de tener un criterio propio y formarse una opinión a partir de ella. Por lo tanto, los psicoanalistas siempre intentarán fomentar que el paciente pueda pensar por sí mismo y saber por qué piensa lo que piensa.
El psicoanálisis clínico considera que lo que ofrece las mayores garantías de un bienestar razonable a los individuos es conocerse a fondo y tener la autonomía suficiente para poder tomar decisiones beneficiosas a partir de ese conocimiento.
Ética del psicoanálisis como profesión
El psicoanálisis como profesión tiene toda una lista de responsabilidades éticas. En beneficio de la brevedad, aquí mencionaremos cuatro que se refieren específicamente a los pacientes:
Ofrecer ayuda a aquellos que lo piden de la manera más especializada posible, con la máxima seriedad y rigor profesional. Cada paciente requiere una adaptación individualizada de la teoría y la técnica psicoanalíticas, y cuántos más recursos mentales tiene el psicoanalista para ello, mejor. Esto implica formarse a fondo, mantenerse al tanto de los desarrollos actuales, debatir con colegas regularmente, y también tener un conocimiento amplio de la cultura y la sociedad que son referentes para todos.
La confidencialidad de la identidad y de lo que dice el paciente debe ser absoluta. Para poder mejorar el conocimiento de la profesión en general y su práctica personal, es necesario que los psicoanalistas presenten material clínico y sus hipótesis a sus colegas para que puedan ser pensados y hacer avanzar la eficacia clínica, como en cualquier profesión sanitaria. Por lo tanto, cuando se presenta material clínico a otros colegas es imprescindible que se haga de tal manera que sea totalmente irreconocible y no exista ningún indicio que pueda identificar a la persona de la que se está hablando.
El psicoanálisis también tiene una responsabilidad social de difundir aquello que se sabe sobre el funcionamiento emocional de los seres humanos. Por más que muchas áreas de la vida se están acelerando en Occidente gracias al progreso tecnológico, hay tiempos humanos que se deben respetar, tiempos de crianza de niños pequeños, tiempos de aprendizaje, tiempos de elaborar el sufrimiento psíquico y resolverlo de manera duradera y profunda. No todo en la vida de un ser humano puede acelerarse sin perjuicio a su salud.
Por otro lado, el psicoanálisis ha mostrado hace mucho tiempo que la diferencia entre lo que se llaman “trastornos mentales” y la “normalidad” es sólo una cuestión de grado, y nadie debe ser discriminado por ello. No existe gente absolutamente “sana” ni gente absolutamente “enferma” (salvo algunas patologías muy graves donde la predisposición constitucional hacia la enfermedad mental en muy alta). Dentro de cada persona existe el potencial de sufrir mucho emocionalmente como también de recuperarse y disfrutar de la vida.
Comentarios (4)
LUIS EDUARDO PAMPLONA GIL
18/02/2016 02:37h
Considero es un excelente documento muy bien desmenuzado que ayuda a los estudiantes a entender y comprender el mundo de la Psicología. Muchisimas gracias.
Garavin
15/03/2016 16:28h
pues si profe esta bien el documento
Beatriz
22/09/2017 13:18h
Leí atentamente la entrada y me pregunto por qué hay tanta mala praxis. Qué pasa con los estudiantes o los profesores o quizás lo que hay en el mercado es producto de tanta degradación capitalista. Por otro lado me pregunto por que los psicoanalistas no ofrecen servicios gratuitos y especializados para tantas personas que han quedado marcadas por la Dictadura. Hace poco en una manifestacion pude escuchar a 5 jovenes sobrevivientes y me estremeció comprobar como quedaron Hablaban a un metro de mi como si estuviéramos en aquella época. La dictadura utilizó psicologos y psquiatras para construir esa guerra inventada. Hoy estan haciendo algo similar y lo hacen con profesionales que han interpretado a Lacan como quizás usted jamás lo haga pero.... los colegios profesionales no pueden hacer nada. Vale la pena que ésa epistemología exista En el balance costo-beneficio vale la pena Saludos
Soraya
24/03/2019 21:48h
Enhorabuena por lo claro de la explicación. Y por tocar el tema base de nuestro trabajo como psicoanalistas. Un saludo.