¿Qué es la Salud Mental?

Psicólogo Madrid · ¿Qué es la Salud Mental?

Actualmente la Organización Mundial de la Salud define la salud mental como: “Un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

Amar, Trabajar y Jugar

¿Y, cómo se llega a ese estado de bienestar? Pues, sigue siendo absolutamente vigente la célebre definición de Sigmund Freud de la salud mental como la capacidad de amar, de trabajar y de jugar.

La capacidad de amar se refiere a la posibilidad de poder establecer relaciones auténticas e íntimas con otras personas donde se puede dar y recibir afecto sin excesivo miedo. La capacidad de trabajar se refiere a la posibilidad de sentirse generativo, de sentir que lo que uno hace tiene sentido, de tener un cierto orgullo en las tareas que uno desempeña. La capacidad de jugar se refiere a la posibilidad de disfrutar de la actividad simbólica, al nivel que sea, y de poder disfrutar con otros en ese tipo de actividades.

La Salud Mental en Detalle

Los psicoanalistas en Madrid dividimos estas 3 grandes capacidades generales en otras 12 categorías de funcionamiento psicológico más detalladas. Se debe entender que estas categorías son dimensionales, interrelacionadas y que diferentes personas tendrán más de unas que de otras.

Apego seguro

El apego seguro es la capacidad de poder separarse de los otros con relativa facilidad y disfrutar de reunirse de nuevo con ellos. Tiene que ver con una confianza básica en los demás y una sensación general de seguridad. Las individuos que tienen un apego seguro se sienten fortalecidos interiormente por los buenos vínculos que tienen con las personas importantes para ellos y pueden soportar ausencias y reencuentros sin demasiada angustia o tristeza. Cuando no ha podido establecerse esta capacidad el individuo mantendrá vínculos pegajosos, inseguros o desorganizados y sentirá un miedo difuso y generalizado.

Autonomía

La autonomía se refiere a una sensación de eficacia, de poder decidir al menos parcialmente en qué dirección va la vida de uno, pudiendo asumir decisiones que no son necesariamente las mismas que tomarían otros individuos. Es la diferencia entre sentir que uno tiene opciones o no las tiene y sentir que uno tiene la libertad interna suficiente para poder elegir en función del criterio propio. Naturalmente, hay un elemento de normas culturales con el cual tiene que manejarse todo individuo. Si la capacidad de autonomía no está constituida el individuo no sabe por qué hace las cosas que ha hecho, o hace cosas que no desea hacer puramente para complacer a los demás.

Identidad integrada

Esto se refiere a la capacidad de poder sentir varias cosas distintas, ––buenas y malas, por ejemplo–– hacia sí mismo, hacia otra persona o hacia una situación, verlos de forma tridimensional y poder mantener esa visión. También es importante el elemento temporal, tener una consciencia integrada de cómo uno era en el pasado, cómo uno es actualmente y cómo uno puede llegar a ser. Esto incluye la conciencia integrada de los eventos de la vida en el paso del tiempo. Si la identidad no ha podido integrarse el individuo se vivirá a sí mismo, a los demás y a los eventos de su vida de manera fragmentada, con cambios extremos de percepción y sin continuidad ni matices.

Resiliencia

La resiliencia es una fuerza interna para sobrellevar algún tipo de experiencia traumática y encontrar una respuesta adaptativa sin derrumbarse excesivamente. Implica la capacidad de encajar los golpes inevitables de la vida y volver a ponerse de pie. Se usa frecuentemente la metáfora de un junco que está sólidamente anclado en el suelo; se pliega cuando viene un viento fuerte pero vuelve a ponerse recto. A un nivel más específico, existen notables diferencias culturales respecto a las respuestas frente al fracaso: algunas culturas lo viven dramáticamente y se entretienen allí mientas otras enfatizan la necesidad de volver a intentar. Cuando falta una cierta resiliencia el individuo tenderá a regresar excesivamente a formas de funcionamiento más primitivas, actuará de manera poco adaptativa o se pondrá enfermo.

Auto-estima realista y fiable

La autoestima realista es la capacidad de verse y apreciarse en la medida justa de lo que uno es, sin ser excesivamente duro consigo mismo ni tampoco autocomplaciente, pudiendo reconocer sus puntos fuertes y débiles de manera constante. Implica una cierta tolerancia hacia las limitaciones propias, que pueden incluso ser tomadas con humor, y la seguridad de la competencia en determinadas áreas. La autoestima tenderá a consolidarse en le medida en la que el individuo mantiene buenos vínculos con los demás y se esfuerce hacia lo que aspira (a condición de que las aspiraciones sean realistas y posibles). Cuando la autoestima no está bien enraizada lo más común es que el individuo sentirá muy poca estima por sí mismo pero a la vez, y más sutilmente, sobrevalorará mucho otras aspectos de sí misma.

Un sentido de los valores

Los valores implican un sentido personal de ética, una moral que guía en cierta medida los actos de la persona que siente que actúa con integridad. Naturalmente este elemento depende fuertemente de contextos socio-culturales que fomentarán ciertos valores más que otros. Este aspecto de la salud mental está íntimamente ligado a los autoestima ya que la conciencia moral interna del individuo sano le premiará cuando actúa acorde con su ética y le hará sentirse mal cuando no lo hace. Desde una perspective social es un especie de regulador interno que nos permite a los seres humanos vivir en sociedad. Si un individuo carece de valores actuará exclusivamente en beneficio propio (lo cual, paradójicamente, suele ser poco beneficioso), no tomará en cuenta a los demás y generará daño. Estos individuos son, a la vez, aquellos que menos perciben su necesidad de ayuda.

Regulación y tolerancia de afectos y pensamientos

Esto se refiere a la capacidad de sentir y pensar una amplia variedad de emociones y pensamientos sin miedo ni la necesidad de actuar sobre ellos inmediatamente. Es un hecho constitutivo de los seres humanos el hecho de que sienten y piensan muchas más cosas de las que hacen ––a menudo en los campos sexuales o agresivos–– y que a veces pueden estar angustiado o tristes. Es importante tener el espacio interior suficiente para poder pensar y sentir lo que uno mismo produce, tener la libertad interior de elaborarlo y decidir si se expresa o no. Cuando falla esta capacidad las posibilidades de pensar y sentir serán fuertemente limitadas por el miedo de qué podría ocurrir si pensara o sintiera tal cosa.

Introspección

La introspección es la capacidad de entenderse y comprender los motivos por los cuales uno siente, piensa o hace las cosas. Le permite al individuo conocerse lo suficiente como para dirigir su vida en una dirección provechosa y evitar aquellas situaciones que le son poco beneficiosas. Esta capacidad en concreto no está necesariamente presente en todas aquellas personas que gozan de salud mental, pero sí lo estará en aquellos que han recibido algún tratamiento psicoanalítico ya que constituye una condición sine qua non del cambio psíquico.

Mentalización

La mentalización es la capacidad de apreciar que los otros son seres distintos de uno mismo, con mentes enteramente diferentes de las nuestras. Implica poder entender cómo funcionan los demás y apreciar que actúan por motivos que a veces no tienen nada que ver con uno mismo. Se puede ver la mentalización como una actividad mental imaginativa en la que se percibe y se interpreta el comportamiento del otro en función de estados mentales intencionales que lo motivan en una determinada dirección (necesidades, deseos, creencias, objetivos etc.). Si la capacidad de mentalización no ha podido formarse el individuo tendrá dificultades para comprender a los demás y  tenderá a sentir que todo lo que hacen tiene que ver con él.

Flexibilidad de las defensas

La flexibilidad de la defensas es la capacidad de usar una amplia variedad de mecanismos de defensa psíquicos frente a situaciones distintas en función de las necesidades del momento. Los mecanismos de defensa son necesarios para proteger al individuo de determinados contenido mentales intolerables que aparecen inevitablemente en la vida. Sin embargo, cada situación es diferente y merece una respuesta adaptada a ella, preferiblemente la que resuelve la dificultad con la menor energía necesaria y distorsione la realidad lo menos posible. El uso sistemático y excesivo de la misma defensa dará lugar a un empobrecimiento de la personalidad y el individuo responderá rígidamente de la misma manera a toda situación amenazante.

Relación-separación

Esto se refiere a la capacidad de estar profundamente cerca de alguien y también poder estar solo. La mayoría de la gente tiende a estar más cerca de un polo que de otro, pero lo importante es la posibilidad de poder moverse entre ellos. Los seres humanos son seres profundamente sociales y necesitan el contacto con los otros para poder funcionar emocionalmente; sin embargo, otra necesidad intrínseca de los seres humanos es mantener una cierta individualidad y para ello deben poder separarse un poco. Este requiere un equilibrio dinámico de ir y venir en función de las circunstancias concretas de la vida en ese momento. Habrá momentos más relacionales y otros más individuales.  Cuando el individuo encuentra dificultades para manejarse en este equilibrio dinámico no podrá separase de los demás o estará todo el tiempo solo.

Capacidad de duelo

La capacidad de duelo consiste en poder aceptar las cosas que no se pueden cambiar (sean personas que uno ha perdido o deseos que uno no puede realizar), poder hacer un duelo por ellas y, más adelante, implicar esas emociones en otras relaciones. Aunque es muy adaptativa una actitud de lucha para intentar cambiar las cosas, también es necesario saber renunciar a lo que no puede ser –– lo contrario lleva a un desgaste inútil de energía y frustración. La vida está inherentemente llena de duelos a medida que los individuos pasan de una etapa a otra y pierden y ganan relaciones. Al principio de la vida los duelos tienden a ser más fáciles de hacer porque se pierden cosas para pasar a otras que son percibidas como mejores. A medida que pasa el tiempo los duelos son más importantes y para poder sobrellevarlos es importante haber podido enriquecerse emocionalmente lo suficiente para no deprimirse.

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