Preguntas Frequentes

Psicólogo Madrid · Preguntas Frecuentes

Psicólogo y Psicoanalista en Madrid

La psicología, la psicoterapia y el psicoanálisis son disciplinas que suscitan muchas preguntas. Abajo encontrará una pequeña lista de las más comunes.

¿Cuál es el procedimiento cuando un paciente acude a un psicólogo clínico?

Antes de que un psicólogo pueda emprender un tratamiento psicoterapéutico es necesario que llegue a un diagnóstico correcto; para ello se llevan a cabo entre tres y cinco entrevistas de evaluación y diagnóstico que se desarrollan, con algunas variaciones individuales, de la siguiente manera.

La primera entrevista es una toma de contacto en la que el paciente puede expresar las razones que le llevan a consultar, los síntomas actuales de los que sufre, la evolución de los mismos y las dudas que puede tener.

En las siguientes entrevistas se le pedirá al paciente que hable lo más espontáneamente posible sobre su vida, como, por ejemplo, su historia familiar, infancia y adolescencia, relaciones importantes, eventos que le han marcado, concepto que tiene de sí mismo, aspiraciones para el futuro y expectativas. También se explorarán la actividad onírica, las enfermedades orgánicas que puedan haber habido, y la medicación, si se toma.

Este material le provee al terapeuta una información esencial para poder llegar a un diagnóstico y el proceso de las entrevistas también le da tiempo al paciente para ver si se va sintiendo cómodo con el psicólogo y puede imaginarse trabajando con él.

En la última entrevista, llamada entrevista de devolución, el terapeuta le comunicará al paciente sus impresiones diagnósticas y le indicará qué modalidad de tratamiento (véase los enlaces Psicoterapia y Psicoanálisis) es el más adecuado para su situación. 

¿Cómo funcionan la psicoterapia psicoanalítica y el psicoanálisis?

Esta pregunta se debe responder a dos niveles diferentes: el mental y el neurológico.

A nivel mental observamos que a medida que los pacientes adquieren un profundo conocimiento emocional sobre sí mismos van teniendo cada vez más herramientas mentales para modificar su manera de ser, de sentir y actuar de modo que éstas sean beneficiosas para su calidad de vida. Conocerse implica la posibilidad de librarse de patrones de conducta estériles, disolver formaciones sintomáticas crónicas, descubrir potencialidades nuevas, permitirse satisfacer sus necesidades profundas, y saber cuidar los aspectos más vulnerables de sí mismo.

A nivel neurológico, recientes investigaciones en la neuropsiquiatría usando la tomografía axial computerizada (TAC) y la resonancia magnética nuclear (RMN) han demostrado que la estructura sináptica, la densidad de ciertos haces de neuronas y la prevalencia de determinados neurotransmisores en el cerebro cambian durante una psicoterapia. Estos resultados eran de esperar porque la mente de una persona no es una abstracción etérea separada de su cuerpo sino que es el resultado de la interacción extraordinariamente compleja entre las partes físicas del cerebro.

De momento se desconocen los mecanismos exactos que median entre el proceso de auto-conocimiento de la psicoterapia y los cambios estructurales en la arquitectura interna del cerebro, pero los datos empíricos indican que existen. Es esperable que a medida que la investigación avance se llegue a entender más. 

¿Qué es el encuadre y por qué es importante?

El encuadre consiste en todas aquellas variables que constituyen el marco formal dentro del cual se desarrolla el tratamiento: horarios, frecuencia y duración de las sesiones; honorarios y el modo de abonarlos; y las fechas de interrupciones por vacaciones. La estabilidad y la constancia del encuadre tienen una función no sólo organizativa sino que son esenciales para el adecuado desarrollo de un tratamiento.

Aunque no sea una analogía perfecta, existe una situación familiar que ilustra esta función terapéutica claramente. Cuando un médico receta un antibiótico para combatir una infección, le indica al paciente que debe tomarlo a unas horas determinadas para mantener la concentración terapéutica del antibiótico en la sangre con el fin de que combata eficazmente el agente patógeno. Naturalmente, no existe ningún agente patógeno per se en la mente, pero es esencial preservar la misma y estable concentración del trabajo terapéutico en la mente del paciente para que pueda actuar eficazmente. 

Existe otra razón por la que es importante mantener la estabilidad del encuadre. El encuadre funciona como un elemento invariable desde el cual poder observar las variables (y, por lo tanto, comprender más) de la vida del paciente. Si el encuadre también es variable es mucho más difícil diferenciar a qué se deben los eventos de la vida del paciente.

¿Cuántas sesiones semanales son necesarias?

Un tratamiento puede tener lugar una, dos, tres, cuatro o cinco veces por semana. La aumentación de la frecuencia semanal de sesiones conlleva una aumentación de la intensidad, matización y profundidad del trabajo. 

La frequencia de las sesiones no es un indicador de la gravedad de los problemas del paciente, pero el aumento de la frecuencia permite una mayor afloración y contención de los contenidos mentales inconscientes, así como su cuidadosa elaboración posterior. 

En general, a partir de tres sesiones por semana se puede trabajar usando el diván y la conjución del número de sesiones con el diván tiende a facilitar un proceso más psicoanalítico, donde la cualidad del proceso cambia, y permite un trabajo mucho más profundo. Una manera de expresar la diferencia, a nivel terapéutico, entre un bajo número de sesiones por semana y un alto número de sesiones por semana es la diferencia que hay entre intentar entender la vida de una persona que ves en unas photografías o intentar entender la vida de una persona que ves en una película de la que es sujeto. Los psicoanalistas están específicamente formados para trabajar con el material profundo y altamente complejo que aparece con un alto número de sesiones semanales.  

Para ciertos pacientes cuya tolerancia a la cercanía es muy baja cuando consultan, una alta frecuencia de sesiones por semana puede estar inicialmente contra-indicada, pero, en general, la psicoterapia / el psicoanálisis es como cualquier otra disciplina: cuanto más se trabaja, mejores posibilidades hay de lograr cambios importantes. También debe tomarse en cuenta que hay determinadas situaciones que requieren de un mínimo de sesiones semanales para que el paciente pueda mejorar, y no es eficaz trabajar por debajo de ese mínimo. Todo esto será evaluado por el psicólogo-psicoanalista durante las entrevistas. 

¿Cara a cara o diván?

El marco de trabajo cara a cara es un contexto familiar y conocido para los pacientes: permite ver al psicoanalista y sentirse visualmente acompañado. Esto puede ser un encuadre valioso cuando el sostén interno del paciente no esté suficientemente estable y necesite de la presencia real visual del otro para sostenerse emocionalmente. La desventaja del trabajo cara a cara es que la presencia real visual del psicoanalista tiende a limitar la libertad asociativa del paciente, ya que es probable que modifique lo que dice en función de cómo ve reaccionar al psicoanalista.

El diván es un instrumento de trabajo útil para darle más libertad al paciente adulto con el fin de que esté más en contacto consigo mismo, en lugar de estar pendiente de la persona real del psicoanalista. También permite hablar de material importante para el paciente pero que es difícil de expresar a otra persona que uno ve. El diván comparte con la alta frecuencia de sesiones la función de intensificar, matizar y profundizar el trabajo, al permitir al paciente tener una experiencia mucho más cercana de sí mismo sin estar distraído por el psicoanalista y sus gestos. En general, la frecuencia mínima de sesiones por semana para trabajar en diván es de tres y la máxima es de cinco. La conveniencia del uso del diván será evaluado por el psicólogo-psicoanalista durante las entrevistas. 

No obstante, no siempre está indicado el trabajo en diván por las mismas razones por las que una alta frecuencia de sesiones no lo es, y tampoco lo es para aquellos pacientes para quien la pérdida del otro del otro en su campo visual resulta demasiado desorganizante. En estos casos le resultará más beneficioso al paciente poder ver físicamente al terapeuta y estar sentado cara a cara. Se puede trabajar cara a cara con una frecuencia desde una hasta cinco sesiones semanales. 

La medicación: ¿qué es y cuándo usarla?

El desarrollo de los fármacos psicotrópicos en los años cincuenta supuso un avance enorme en la psiquiatría, y permitió a mucho pacientes poder volver a una calidad de vida decente. Desde entonces la investigación en este campo ha evolucionado considerablemente y las nuevas generaciones de fármacos son más eficaces y tienen menos efectos secundarios.

Los fármacos psicotrópicos actúan a nivel de la química cerebral, modificando la intensidad, la frecuencia de transmisión, y la interacción de los neurotransmisores de modo que el estado afectivo del paciente mejore. Son el remedio más rápido que existe para reducir la intensidad de los síntomas, pero no tienen efectos duraderos a largo plazo. Si son el único medio terapéutico del paciente, es probable que cuando éste deje de tomarlos los síntomas anteriores vuelvan a aparecer, inmodificados. Con ciertas excepciones, todo tratamiento farmacológico debe ser secundario a una psicoterapia / psicoanálisis cuyo objetivo es producir cambios duraderos a largo plazo. 

El uso de fármacos está indicado cuando la intensidad de los síntomas es tal que el paciente no puede hacerse cargo del mínimo de obligaciones de su vida, como por ejemplo su trabajo o su vida familiar. Un psiquiatra o un psicólogo puede valorar la necesidad de medicación, pero sólo el psiquiatra puede recetar. En el caso de que un psicólogo considere que el uso de medicación está indicado, le remitirá al paciente a un psiquiatra. Un psicólogo en Madrid, en general, intentará que el uso de la medicación esté siempre prescrito y limitado en el tiempo hasta que el paciente se encuentre en condiciones suficientes para hacerse cargo de su vida sin ella.

¿Los problemas emocionales son de origen orgánico o ambiental?

La investigación actual con gemelos monocigóticos separados al nacimiento sugiere que la respuesta reside en una interacción extremadamente compleja entre ciertos factores orgánicos, de orden genético o epigenético, y el ambiente. Cuanto más graves sean los problemas emocionales más parece que existen ciertas predisposiciones hacia esa patología. Una predisposición no es determinante, sino que solamente si se une con un ambiente poco favorable resulta en un desarrollo patológico.

¿Cuál es el objetivo de y cuánto dura una psicoterapia psicoanalítica o un psicoanálisis?

El objetivo de una psicoterapia psicoanalítica o de un psicoanálisis no es sólo el alivio sintomático, sino la consolidación en el psiquismo del paciente de recursos sólidos para poder vivir ­­––pudiendo disfrutar de ello, encontrarle sentido, y soportar los momentos de dificultad de origen tanto interno como externo–– a largo plazo sin la ayuda terapéutica.

Estos recursos pueden ser, entre otros, la capacidad de tener relaciones más satisfactorias, hacer un uso más eficaz del potencial propio, mantener un sentido de la auto-estima realista, tolerar una gama mayor de afectos, comprenderse a sí mismo y a los otros de manera más matizada y sofisticada, y poder enfrentar los retos de la vida con mayor libertad y flexibilidad. 

Dado que la mente humana es uno de los objetos de estudio más hiper-complejo, y más idiosincrásico, que existe, su exploración cuidadosa no puede ser rápido. El tiempo requerido para entenderse, comprender de dónde vienen los problemas emocionales, reconocer los patrones de relación contra-evolutivos y operar los cambios necesarios suele implicar algunos años. 

¿Cuándo termina una psicoterapia psicoanalítica o un psicoanálisis?

La psicoterapia psicoanalítica / el psicoanálisis en el caso de adultos termina cuando tanto el paciente como el terapeuta estén de acuerdo que el paciente goza de una calidad de vida buena para él y que ha adquirido la capacidad interna para que esto sigua siendo así sin la ayuda terapéutica.

La psicoterapia psicoanalítica en el caso de niños y adolescentes termina bajo las mismas condiciones que la de adultos excepto que las partes que deben estar de acuerdo son tres: el paciente, los padres y el terapeuta. 

¿Por qué los psicoanalistas no hablan de sí mismos?

El material con el que van a trabajar un paciente y un psicoanalista para comprender lo que le sucede es todo aquello que se le pasa por la cabeza al paciente (véase el enlace Adultos) incluido cualquier idea o curiosidad que puede tener respecto a la persona del analista.

Al no conocer datos reales del psicoanalista (salvo aquello que es legítimo que sepa sobre su trayectoria profesional), el paciente es libre de imaginar o pensar lo que quiere y justamente aquello que imagina o piensa es útil para entender cómo el paciente ve e interpreta el mundo. Es decir, la manera en que la mente del paciente organiza y define un estimulo ambiguo es revelador sobre el funcionamiento de esa mente. Si el psicoanalista habla de sí mismo bloquea la libertad de imaginar y fantasear del paciente con una realidad concreta y reduce la amplitud del material con el que pueden trabajar.

Por otro lado, es enteramente normal que un paciente tenga alguna curiosidad sobre la persona del psicoanalista y, aunque éste no responderá directamente a ella, podrán pensar en qué significa esa curiosidad concreta para ese paciente, qué imagina y así enriquecer su conocimiento de la manera de funcionar del paciente.

¿Qué es la diferencia entre un psiquiatra, un psicólogo clínico, un psicoterapeuta y un psicoanalista?

Psiquiatra: Es una persona que ha cursado estudios superiores de medicina, especializándose en psiquiatría, la disciplina que se especializa en la prevención, evaluación, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los trastornos mentales. Para ser especialista en clínica habrá hecho una residencia MIR en Salud Mental pública. La diferencia fundamental entre un psicólogo y un psiquiatra es que éste último es un médico entrenado para reconocer condiciones médicas que podrían estar afectando el estado mental del paciente, y, en tanto que médico, puede recetar fármacos si los considera necesarios. Si, además de su actividad puramente psiquiátrica, ejerce como psicoterapeuta habrá hecho una formación larga y rigurosa en una de las varias escuelas del psicoterapia que existen hoy en día.

Psicólogo clínico: Es una persona que ha cursado estudios superiores de psicología, la disciplina que estudia los procesos mentales y el comportamiento de los seres humanos y de los animales. Se ha especializado en la rama clínica de la psicología que es el campo que dirige el estudio, diagnóstico, y tratamiento de problemas o trastornos psicológicos a efectos de aumentar el bienestar de los pacientes, enfatizando la búsqueda del conocimiento. Asimismo, un psicólogo en Madrid habrá hecho una residencia PIR en Salud Mental publica, o algo equivalente en la red de salud mental privada en España. Además, habrá hecho una formación larga y rigurosa en una de las varias escuelas del psicoterapia que existen hoy en día.

Psicoterapeuta: Es una persona que ha cursado estudios superiores de psiquiatría, psicología, o, a veces, de trabajo social, y que trabaja para aliviar el sufrimiento emocional de los pacientes. Actualmente existen múltiples ramas de la psicoterapia que parten básicamente de cinco grandes escuelas: el psicoanálisis, lo sistémico, lo humanista, el conductismo y el cognitivismo. Cada una de estas escuelas tiene un programa de formación de diversa intensidad y profundidad.

Psicoanalista: Es una persona que ha cursado estudios superiores de psiquiatría, psicología, o, a veces, de otras disciplinas allegadas, y que se ha formado en la modalidad psicoterapéutica llamada psicoanálisis. El psicoanálisis es una disciplina creada por Sigmund Freud (1856-1939) para ayudar a los pacientes a descubrir las razones inconscientes de sus dificultades y así liberarse de ellos. El psicoanálisis se ha desarrollado muchísimo desde su creación y actualmente existen múltiples escuelas especializadas en aspectos muy precisos del funcionamiento mental. 

¿Duración de las sesiones, honorarios, aseguradoras?

Las sesiones y las primeras entrevistas tanto de psicoterapia como de psicoanálisis duran 45 minutos.

Los honorarios de los psicólogos en Madrid varian entre 40€ y 140€ por sesión / entrevista.

Ciertas compañías aseguradoras reembolsan un número de sesiones al año a sus asegurados dependiendo de la poliza que tengan. El asegurado tendrá que presentar una factura completa de las sesiones, hecha por su psicólogo, con número de factura, su dirección y su NIF.

¿Cuál es el código ético profesional de un psicólogo en Madrid?

La siguiente página del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid contiene una información completa sobre esta cuestión.

¿Su pregunta no estaba listada? No dude en plantearla aquí.