Psicoanálisis
Cuando alguien pregunta por el psicoanálisis, suele querer informarse sobre el tratamiento. Como terapia, el psicoanálisis se basa en la observación que los individuos frecuentemente no tienen conciencia de muchos de los factores que determinan sus emociones y su conducta.
Estos factores inconscientes pueden crear malestar, a veces en la forma de síntomas reconocibles y otras veces en la forma de rasgos de personalidad problemáticos, dificultades en el trabajo o en las relaciones amorosas, o perturbaciones en el ánimo y la autoestima. Dado que estas fuerzas son inconscientes, los consejos de la familia o de los amigos, la lectura de libros de autoayuda, o incluso los esfuerzos más determinados de la voluntad, suelen fracasar en el intento de procurar alivio.
El Tratamiento
El tratamiento psicoanalítico demuestra cómo estos factores inconscientes afectan los patrones de conducta y de relación actuales, localiza sus orígenes históricos, muestra cómo se han desarrollado y han cambiado con el tiempo, y ayuda al individuo a manejar mejor las realidades de la vida.
El análisis es una asociación íntima en el curso del cual el paciente se hace consciente de las fuentes subyacentes de sus dificultades, no sólo intelectualmente, sino emocionalmente, reexperimentándolos en el marco seguro del análisis con el analista. Típicamente, el paciente viene tres, cuatro o cinco veces a la semana, se tumba en el diván, e intenta decir todo lo que se le pasa por la mente.
Estas condiciones crean el encuadre analítico que permite el afloramiento de aspectos de la mente que no son de fácil acceso con otros métodos de observación. A medida que el paciente habla, indicios de las fuentes inconscientes de sus dificultades actuales empiezan a aparecer en ciertos patrones repetitivos del discurso y de la conducta, en los temas sobre los que el paciente tiene dificultades para hablar, y en la forma en la que el paciente se relaciona con el analista.
El analista ayuda al paciente a elucidar el material inconsciente que va apareciendo, y el paciente lo precisa, lo corrige o lo rechaza, y añade pensamientos y sentimientos adicionales. Durante el tiempo que transcurre el análisis, el paciente y el analista trabajan sobre cómo estos contenidos inconscientes se experimentan en la vida diaria, en la fantasía y en los sueños.
El paciente y el analista reúnen sus esfuerzos para no sólo modificar patrones vitales incapacitantes, sino también con el fin de incrementar la libertad para trabajar y amar. A la larga, la vida del paciente ––su conducta, sus relaciones, su sentido de sí mismo–– cambia de manera profunda y perdurable.
Freud
Sigmund Freud fue el primer psicoanalista. Muchas de sus introspecciones en la mente humana, que parecían tan revolucionarias en el cambio del siglo diecinueve al siglo veinte, son ahora ampliamente aceptadas por la mayoría de las escuelas del pensamiento psicológico. Aunque otros investigadores, antes y durante su tiempo, habían empezado a reconocer el papel de la actividad mental inconsciente, Freud fue el pionero preeminente en entender su importancia.
A través de su trabajo extensivo con pacientes, demostró que existen factores ––que están fuera del alcance de la consciencia–– que influyen en los pensamientos y los actos, que el conflicto inconsciente tiene un papel determinante tanto en la conducta normal como la anormal, y que el pasado da forma al presente.
Desarrollo y Actualidad
Aunque sus ideas encontraron antagonismo y resistencia, Freud creía profundamente en el valor de sus descubrimientos, y raramente los simplificaba o los exageraba para que fuesen aceptados popularmente. Construyéndose sobre estas ideas y estos ideales, el psicoanálisis ha seguido creciendo y desarrollándose como una teoría general del funcionamiento mental humano, mientras ha mantenido un respecto profundo por la unicidad de cada vida individual.
El cambio y las nuevas ideas han enriquecido el campo, y la práctica psicoanalítica se ha adaptado y ha expandido desde sus principios. Pero los psicoanalistas en Madrid de hoy en día siguen apreciando el poder persistente de lo irracional en la formación o la limitación de las vidas humanas, y, por lo tanto, se mantienen escépticos ante los remedios rápidos, las respuestas engañosamente fáciles, las tendencias del momento o lo sensacionalista.
Como Freud, creen que el psicoanálisis es la herramienta más fuerte y sofisticada para obtener un conocimiento hondo de la mente, y que al usar ese conocimiento para adquirir una mayor conciencia de sí mismos, los pacientes se liberan del sufrimiento innecesario, y mejoran y profundizan sus relaciones humanas.
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